Si alguna vez te has preguntado cómo utilizar un sistema de monitorización de la salud de los cultivos, estás en el lugar indicado. Cuando se trata de agricultura, el trabajo en el campo puede marcar la diferencia entre un buen rendimiento y un año perdido.
Si el campo tiene decenas de hectáreas, tareas habituales como localizar zonas con estrés en las plantas se convierten en una pesadilla, debido al tiempo que lleva realizarlo, el coste económico y la falta de información adicional.
De ahí que cada vez más agricultores y productores de semillas utilicen un sistema de monitorización de la salud de los cultivos, pues permiten obtener una visión completa del campo, incluida la salud de los cultivos mediante el índice NDVI y recibir notificaciones cuando sucede algo que se desvía de la norma.
Índice
Entendiendo cómo funciona un sistema de monitorización de los cultivos
Una de las claves de la agricultura está en la rápida detección de los problemas y su tratamiento posterior, pues un problema de salud en los cultivos puede extenderse fácilmente por todo el campo hasta acabar con la totalidad de la cosecha.
Los sistemas de monitorización de los cultivos no solo permiten detectar estos problemas tan pronto como suceden para solucionarlos lo antes posible sino que también facilitan la optimización de los recursos y fomentan la adopción de prácticas sostenibles.
Los programas de monitorización de los cultivos buscan ayudar en la toma de decisiones, aumentando la productividad y minimizando el impacto medioambiental, puesto que los recursos se usarán de mejor manera. Para conseguir esto, están dotados de tecnología de vanguardia que se aplica en la recopilación y el análisis de los datos.
Las imágenes de satélite, la inteligencia artificial, el aprendizaje automático y el resto de tecnologías se combinan para proporcionar una información muy precisa y valiosa sobre el estado del campo, de modo que el agricultor sepa cuándo debe actuar, en qué zona concreta del campo y cómo hacerlo.
Fuente de datos del sistema de monitorización de la salud de los cultivos
No todos los sistemas son exactamente iguales; sin embargo, hay ciertas fuentes de datos que suelen estar incluidas por defecto:
Satélites: La teledetección proporciona una visión general del campo, especialmente útil en áreas extensas, detectan patrones de crecimiento, evalúan la salud general y además sirven como base para el uso de tecnología como los índices de vegetación.
Drones: Los drones han sustituido en muchos casos a los trabajadores que exploraban el campo a pie. La alta resolución de sus imágenes y la facilidad para poder llegar con ellos a zonas de difícil acceso o alejadas los convierte en uno de los mejores aliados a pie de campo cuando se trata de evaluar las condiciones del campo o cultivos.
Sensores: Colocados entre los cultivos o en el borde del campo miden diversos parámetros relacionados con el suelo y el agua proporcionando información crucial del entorno.
El papel del índice NDVI
Aunque existen múltiples índices de vegetación, el índice NDVI, acrónimo de Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada, es el más popular de todos ellos. El NDVI mide la cantidad de luz que una planta refleja; las plantas sanas reflejan una gran cantidad de luz en la banda del infrarrojo cercano, al contrario que las plantas que no lo están.
El verdadero valor de la monitorización de los cultivos con el índice NDVI no reside en una lectura individual, sino en la capacidad de poder comparar diferentes lecturas a lo largo del tiempo para poder identificar cuándo se están produciendo cambios en la vegetación.
Si los valores del NDVI en un campo sufren una bajada pronunciada repentina durante la temporada de crecimiento, el agricultor debe preocuparse e investigar, ya que hay una alta probabilidad de los cultivos estén sometidos a algún tipo de estrés, que puede estar provocado por temperaturas anómalas, una enfermedad o una plaga.
Beneficios de adoptar un sistema de monitorización de la salud de los cultivos
La combinación de una abundante cantidad de datos con la tecnología más moderna es posible mejorar la gestión agrícola hasta cotas difíciles de imaginar hace apenas unas décadas. Entre las principales ventajas de adoptar este tipo de sistemas están:
Detección temprana de problemas: como se mencionaba anteriormente, una de las claves del éxito en la agricultura está en detectar lo antes posible cualquier problema para poder solucionarlo con la menos pérdida de cosecha posible.
Mayor rendimiento: La precisión de los datos permiten conocer con detalle el estado del campo y cultivos de modo que se pueden aplicar medidas específicas que aumenten la calidad y cantidad de la cosecha.
Optimización de los recursos: Puesto que se conoce de forma exacta lo que necesita cada planta, el uso optimizado del agua y los fertilizantes no solo reduce los costes, también ayuda a proteger el medioambiente porque no se malgastan recursos.
Buenas prácticas para los agricultores
Una vez adoptado un sistema de monitorización, existen ciertas prácticas que los agricultores deben seguir para asegurarse de que todo va bien. Por un lado, la posibilidad de integración de los datos de la maquinaria facilita mucho el uso de mapas personalizados y no hay necesidad de introducir los datos manualmente en los sistemas.
Por otro lado, el agricultor debe realizar un seguimiento continuo de los datos para identificar patrones y tendencias. Asimismo, ya que estas plataformas suelen actualizarse de forma frecuente, conviene mantenerse al día en lo que respecta a las novedades y su uso para utilizarlo correctamente.
En definitiva, un sistema de monitorización de la salud de los cultivos es una herramienta imprescindible para los agricultores a día de hoy. Con funciones como los mapas de productividad o índices como el NDVI, los agricultores pueden gestionar sus cultivos de forma proactiva, mejorando el rendimiento, cuidando el medioambiente y creando un futuro sostenible para la agricultura.
📌 Artículo escrito por invitado